Consejos para combatir la sobrecarga en el trabajo

December 8, 2017 10:28 by Tecoloco Honduras

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Cómo identificar la sobrecarga de trabajo

Consejos para combatir la sobrecarga de trabajo

En ocasiones, la dinámica de trabajo se vuelve tan intensa que llegamos a sentir que por más que avanzamos la carga laboral no se minimiza. Ante estas circunstancias, algunos empleados optan por llegar más temprano o salir más tarde de la oficina, con el fin de disponer de más tiempo para trabajar y, así, reducir la lista de actividades pendientes. Sin embargo, estas medidas pueden ser aceptables cuando se trata de situaciones esporádicas, más cuando se vuelve parte de la rutina diaria, es momento de detenerse a reflexionar sobre el tema.

Así, en Honduras, a partir de cifras oficiales, se conoce que cerca del 7% de la población está desempleada, lo cual representa un índice relativamente bajo, comparado a otros países de la región. No obstante, en la capital cerca del 12 % de la población se encuentra sin trabajo, por lo que es más probable que las personas accedan a trabajar en horarios extendidos o haciendo funciones que corresponden a más de una persona, dando paso a una sobrecarga de trabajo.

Por otro lado, es importante aclarar que un escenario de sobrecarga laboral dependerá bastante del tipo de empleo y la temporada en la cual se realiza. Por ejemplo, es mucho más probable que un vendedor tenga mucho más trabajo durante la época navideña, debido a las dinámicas de consumo características de dicha época.

Cómo identificar la sobrecarga de trabajo

Es necesario dejar claro que tener más trabajo de lo usual no siempre equivale a tener sobrecarga laboral, pues expertos indican que la sobrecarga de trabajo se ve reflejada, principalmente, a través de síntomas físicos, como el estrés, disminución de defensas y, por ende, enfermedades frecuentes. La fatiga y el aumento de peso también suelen ser síntomas de que se está llevando una dinámica de trabajo demasiado excesiva, que conlleva a los empleados a tener prácticas poco saludables consigo mismos.

Así, algunas características de la sobrecarga laboral son:

• Aumento de la sensación de estrés dentro y fuera del lugar de trabajo.
• Aumento de peso.
• Sentimiento de hostilidad hacia los colegas de trabajo.
• Falta de motivación durante la jornada laboral.
• Obligación a trabajar bajo presión de forma constante o permanente.
• Necesidad de trabajar en horarios extendidos, durante fines de semana y días festivos.
• Malestares físicos, como dolores musculares.
• Insomnio.
• Dificultad excesiva para concentrarse
• Aumento en la cantidad de ausencias injustificadas.
• Depresión, cuando la condición se vuelve demasiado severa.

No obstante, como decíamos al inicio de este apartado, es importante saber reconocer si esta serie de síntomas se manifiestan debido a la sobrecarga laboral o se deben a otra serie de factores, como problemas familiares, enfermedades crónicas, mala alimentación, etc. Sin embargo, al considerar que los síntomas se deben a una sobrecarga de trabajo, es necesario tomar medidas al respecto.  Por ello, en las siguientes líneas te daremos algunos consejos con los que podrás sobrellevar con este tipo de escenarios y, así, mejorar tu día a día laboral.

Consejos para combatir la sobrecarga de trabajo

Una vez que hemos identificado que, en efecto, nos enfrentamos a una sobrecarga laboral, es momento de poner en práctica los siguientes consejos, con el fin de minimizar los efectos de esta situación, de manera sencilla y oportuna.

1. Organiza tus actividades laborales y personales: es probable que la desorganización sea un factor principal de la sobrecarga que enfrentamos. Por ello, es necesario dedicar un tiempo antes de iniciar la semana laboral para organizar todas las actividades tanto de trabajo como personales que deben ser concretadas, con el fin de dedicar a cada una el tiempo preciso para completarlas sin mayor inconveniente, evitando, así, cualquier tipo de consecuencia negativa.

2. Trabaja en equipo, cuando nos reusamos a trabajar como equipo es más fácil acumular las actividades que se tienen pendientes. Es recomendable, por lo tanto, identificar aquellas actividades que responden a metas conjuntas, con el fin de sumar esfuerzos para lograrlas, con lo que será más fácil disminuir la carga individual de trabajo, buscando apoyo oportuno en el resto de colegas.

3. Establece tus responsabilidades de forma clara, a veces la sobrecarga se debe a que aceptamos muchas más actividades de las que realmente nos corresponden, con el único fin de quedar bien con nuestro jefe o superior. Sin embargo, asumir más responsabilidades de las que somos capaces de realizar podría tener como consecuencia el hacernos ver como personas poco eficientes. Por ello, si consideras que te están dando muchas más actividades de las que te corresponden o eres capaz de asumir, no tengas miedo de conversar con tu jefe o superior, con el fin de llegar a un acuerdo que te permita desempeñar tu trabajo de la mejor forma posible.

4. Toma un descanso, si el exceso de trabajo te ha llevado a sentirte malhumorado y desmotivado, puede ser un buen momento para hacer una pausa y tomarse un descanso, por muy breve que sea. Pedir, por ejemplo, un día libre a media semana o, mejor aún, al final de esta pueden hacer una gran diferencia en cuanto a nuestro estado de ánimo. Así, si en tu trabajo tienes la posibilidad de negociar un par de días libres, aprovéchalos y descansa un poco, para volver con las energías y ánimos recargados. Las pausas momentáneas como estas permiten a los empleados mejorar su salud tanto física como mental, lo cual permite lograr un mejor desempeño y asumir las tareas laborales de forma positiva y proactiva.

5. Reflexiona tu situación y considera nuevas opciones, si a pesar de realizar las acciones anteriores la situación no mejora, es probable que debas detenerte a reflexionar si realmente es lo mejor para ti continuar en dicho empleo. A veces, es difícil tomar este tipo de decisiones ya que se tiene miedo a lo desconocido. No se trata de simplemente renunciar y que nada más importe, sino de considerar nuevas opciones que se ajusten a tu perfil profesional y necesidades económicas pero que, al mismo tiempo, te permitan crecer en un nuevo ambiente, continuar desarrollando tus habilidades y, sobre todo, realizar un trabajo que no atente contra tu salud física ni mental.

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